Luego de su visita a Cuba (en donde pese a tanto elogio a la revolución cubana Fidel no lo recibió, como sí lo hizo días después con la magnífica super tuneada presidenta de Argentina, Cristinita Kirchner), luego de eso, digo, Correa sufrió una hemorragia de epítetos grandilocuentes respecto a la isla. Tanto fue su entusiasmo que a su regreso, en la lectura de su informe, dispuso que se coloque una imagen bastante grande con la imagen del Ché Guevara como telón de fondo. Por supuesto, declaró también como guevarista...
Indios, ambientalistas, ecologistas, ex "compañeritos" salidos del redil, todos forman hoy -para Rafael Correa- el grupo de enfermos de "infantilismo de izquierda"...
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