Amig@s que visitan este blog, a ustedes que me honran con su atención, su complicidad o, simplemente, su mirada crítica, quiero comentarles que me alejé del tablero de dibujo durante casi quince días. Me tomé un descanso y regreso desde mañana al trajín diario. Pero no quiero dejar de contarles mi impresión respecto a los años viejos, al menos en una parte de Quito.
En primer lugar me llamó muchísimo la atención que en la Avenida Amazonas, donde se ha presentado desde hace algunos años el concurso de años viejos, hoy casi ninguno es lo que solían ser antes. Me refiero al espíritu crítico, humorístico, lleno de picardía que siempre tuvo. Hoy solo vi "años viejos" que no eran otra cosa que propaganda de la Prefectura de Pichincha, por ahí una arenga cristiana a confiar en Jesús, y otros que francamente eran tan confusos que nunca me enteré realmente de qué se trataban. Hoy lamento no haber tomado fotos (para que me crean), pero como comprenderán no tuve ninguna ganita de disparar el obturador de mi cámara sino mi rifle de corcho para bajarles de la tarima...
Por otra parte, no sé si ustedes se han dado cuenta pero ahora las "viudas" no son otra cosa que... travestis. ¿Será que me estoy volviendo viejo? ¿Parezco vieja moralista? No. No creo que se trate de eso. Se trata de que a estas "viudas" no se les murió el viejo 2008 sino... el talento. Que son viudas alegres me dirá alguien. Para mí francamente estas viudas alegres fueron francamente de llorar...
1 comentario:
Coincido contigo, francamente. Incluso estaba escribiendo algo sobre el tema en mi blag... los años viejos de la Amazonas parecían más un catálogo de productos y servicios que otra cosa.
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