Muerto por perdigones, es claro que el disparo no vino de la policía. Ha debido ocurrir una muerte, para que se sienten a dialogar.
3 comentarios:
David Zambrano
dijo...
Bonil, siempre me has hecho reír, siempre, pero esta vez, de verdad, esta vez no fueron risas, esta vez fueron lagrimas, la violencia (en el verbo y en los hechos) del dictador es la única responsable de la muerte de este compatriota. Todo esto se pudo haber evitado con un poco de predisposición al diálogo.
Claro, David. A mí me pasó igual. Este dibujo no es para reír. Es más bien un sarcasmo cuyas conclusiones son de cada uno. Lo que sí no es (al menos a mí me parece eso) es que este dibujo sea una burla del hombre muerto. Todo lo contrario: a través de la ironización, su muerte se vuelve interpelante. ¿no crees?
A algunas personas les puede parecer ofensivo, fuera de lugar o desagradable, pueden creer que un evento de esta gravedad no se presta para la caricaturización. Entramos en el terreno de la subjetividad, cada uno tiene su punto de vista (supongo que has recibido muchas críticas Bonil).
Pero yo me hago la siguiente interrogante, si tu dibujo es objeto de críticas, ¿Cuál debería ser la postura ante los hechos concretos? Es decir ante la perversa irresponsabilidad de un gobernante que en su reciente verborragia se dedicó a zaherir y denostar a un sector social que merecía atención, en especial si es un sector identificado con la izquierda. Si ese día hubiese adoptado una postura sosegada, si hubiese convocado a un diálogo sin condicionamientos, pienso que no estaríamos lamentando la muerte del conciudadano.
Uno de las asuntos principales que abarca el dibujo es el de la utilización del eslogan de la ¨revolución ciudadana¨, un empleo que a estas alturas resulta ser ignominioso. La publicidad incesante que nos presenta un país donde todos somos hermanos con el fin de contarrestar la realidad antagónica que vivimos, ese engaño masivo es algo nefasto. Lo peor es que en las recientes cadenas enfocan la situación con una perspectiva tan torcida, tan siniestra que la culpable de la violencia resulta ser la población indígena, cuando la situación fue iniciada y exacerbada por el dictador.
Tu dibujo, Bonil, a algunos les puede resultar desagradable, molesto o lesivo. Pero yo no ¨siento¨ (como si sufriera sinestesia), no me transmite maldad, la intención es contrastar dos realidades que no concuerdan. Yo sí se donde se encuentra la verdadera maldad, en las ¨mentes lúcidas¨ de un concilio de miserables que a diario nos presentan un país que no existe, con el afán de engañar a la ciudadanía y mantenerse el mayor tiempo posible en el poder.
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Bonil, siempre me has hecho reír, siempre, pero esta vez, de verdad, esta vez no fueron risas, esta vez fueron lagrimas, la violencia (en el verbo y en los hechos) del dictador es la única responsable de la muerte de este compatriota. Todo esto se pudo haber evitado con un poco de predisposición al diálogo.
Claro, David. A mí me pasó igual. Este dibujo no es para reír. Es más bien un sarcasmo cuyas conclusiones son de cada uno. Lo que sí no es (al menos a mí me parece eso) es que este dibujo sea una burla del hombre muerto. Todo lo contrario: a través de la ironización, su muerte se vuelve interpelante. ¿no crees?
A algunas personas les puede parecer ofensivo, fuera de lugar o desagradable, pueden creer que un evento de esta gravedad no se presta para la caricaturización. Entramos en el terreno de la subjetividad, cada uno tiene su punto de vista (supongo que has recibido muchas críticas Bonil).
Pero yo me hago la siguiente interrogante, si tu dibujo es objeto de críticas, ¿Cuál debería ser la postura ante los hechos concretos? Es decir ante la perversa irresponsabilidad de un gobernante que en su reciente verborragia se dedicó a zaherir y denostar a un sector social que merecía atención, en especial si es un sector identificado con la izquierda. Si ese día hubiese adoptado una postura sosegada, si hubiese convocado a un diálogo sin condicionamientos, pienso que no estaríamos lamentando la muerte del conciudadano.
Uno de las asuntos principales que abarca el dibujo es el de la utilización del eslogan de la ¨revolución ciudadana¨, un empleo que a estas alturas resulta ser ignominioso. La publicidad incesante que nos presenta un país donde todos somos hermanos con el fin de contarrestar la realidad antagónica que vivimos, ese engaño masivo es algo nefasto. Lo peor es que en las recientes cadenas enfocan la situación con una perspectiva tan torcida, tan siniestra que la culpable de la violencia resulta ser la población indígena, cuando la situación fue iniciada y exacerbada por el dictador.
Tu dibujo, Bonil, a algunos les puede resultar desagradable, molesto o lesivo. Pero yo no ¨siento¨ (como si sufriera sinestesia), no me transmite maldad, la intención es contrastar dos realidades que no concuerdan.
Yo sí se donde se encuentra la verdadera maldad, en las ¨mentes lúcidas¨ de un concilio de miserables que a diario nos presentan un país que no existe, con el afán de engañar a la ciudadanía y mantenerse el mayor tiempo posible en el poder.
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