jueves, 3 de diciembre de 2009

¡Resucitóoooooooooooooo...!


Alberto Acosta dio una charla ante un grupo de empresarios en la Cámara de Comercio de Guayaquil. Los "peluconeó" y advirtió que a este gobierno la constitución les está resultando una camisa de fuerza, porque no están cumpliendo lo que ahí se planteó. También señaló la necesidad de que se trasladen a otras instancias de la sociedad los medios de comunicación incautados y que están en manos del Estado. Se mostró opuesto a la creación de un consejo administrativo que sancione a los medios.
Muchos deseaban (deseábamos) escucharle estos mismos criterios con la vehemencia que suele poner en otros temas. Hay quienes lo consideran tibio en sus críticas e incluso algo retardadas. Por mi parte, tan solo alcanzo a dar constancia gráfica de este resucitamiento...

(¿Alberto se durmió para no interrumpir el sueño de Rafael?)

2 comentarios:

Raffico Correa dijo...

Pobre Albertico, despues de la Chambonada de constitucion que el mismo Apadrino en Montecristi, ahora quiere lavarse las manos?

Esa mamarrachada de Constitucion, esta hecha a la medida de los intereses del Dictador de Lovaina.

El que recien se de cuenta de las barbaridades que ayudo a parir junto a los alzamanos de Alianza Pais, no le va ha ayudar a que los Ecuatorianos, nos olvidemos que el fue complice de nuestra actual situacion.

Debe ser muy grave para Albertico el haber afectado a su propia familia, con sus aventuras zoocialistas.

David Zambrano. dijo...

Es una verdadera lástima observar la actual postura de Alberto Acosta. Porque al ser uno de los creadores del proyecto era otro su deber.
Ya que el protagonismo que cobró en la Asamblea al ser el presidente, a tal punto que el propio Correa lo reconoció como el ¨hombre más poderoso del país¨ (y ahí fuimos testigos de quien es el verdadero poder, el politburó), ya que aún con todos los errores y horrores como la violación del estatuto de la asamblea y la perdida de tiempo en los mandatos y leyes, debo reconocer una postura con mayor predisposición al diálogo y antecedentes ideológicos mucho más coherentes que la mayoría de oportunistas de AP.

Pero precisamente esto era lo que Alberto Acosta debía defender dentro del movimiento, su postura en apariencia democrática, el haber ¨sacado el cuerpo¨ significó la pérdida de una figura que podía aportar y ejercer una autocrítica que hoy por hoy se necesita dentro de AP.

Demostró ser un teórico-práctico más que un político que en determinadas circunstancias debe adoptar posturas sólidas en defensa de sus principios sin importar amistades o cercanías.

Esta crítica pusilánime no corresponde al papel histórico que le correspondía como uno de los principales gestores de la revolución. Solo Alberto Acosta sabe porque emite esta clase de críticas que se pierden en la vorágine de la política ecuatoriana. Pero este no era el papel que debía representar en defensa de su propia ¨revolución¨, una verdadera lástima.