El asambleísta Marco Murillo se dio tantas vueltas para justificar su abstinencia... Dijo que estaba de acuerdo con el juicio pero que se abstenía porque no se va a prestar al juego, que se sentía irrespetado dentro de la Comisión, que su voto no era dirimente sino el de P.A.I.S., que el de él era un voto intrascendente, que él sí busca la lucha contra la corrupción pero que en este juicio no se ha planteado temas más graves del fiscal y que por eso no apoya el juicio... que... en fin. Lo que pregunto es, si estaba de acuerdo con sancionar la corrupción ¿porque no ayudó con su voto para enjuiciar al fiscal?
"Algo huele mal en Dinamarca", dijo Hamlet al sospechar algo raro en la muerte de su padre. y tenía razón. Acá también algo huele mal en la Asamblea...
4 comentarios:
¿Dónde he visto yo que pase esto antes? ah si! en la época de la partidocracia...
mientras Pesantez este de Fiscal, no habrá revolución ética.
No, el problema con la ¨revolución ética¨ no es el fiscal, el verdadero problema es que el líder de la ¨revolución¨, aquella persona que debería ser el primero en luchar contra la corrupción, sin importar de donde provenga, defiende por conveniencia a sujetos como el fiscal. Ese es el gran problema en la ¨revolución ética¨.
En el momento que Correa investigó, juzgó y liberó de culpa al fiscal, en ese momento la suerte del fiscal ya estaba echada, los alzamanos solo hicieron lo que han hecho siempre, cumplir las órdenes de su majestad. Correa sistemáticamente ha defendido a funcionarios cuyos actos de corrupción han sido plenamente comprobados, como los Pativideos, el caso de Chauvín y Larrea, los contratos del hermano (¨que me demuestren la ilegalidad¨ vociferaba Correa, para luego, ante la caída de la popularidad, declarar la ilegalidad de los contratos sin sanciones ni juicios para aquellos que los firmaron), la ministra Chang y sus ¨ambulancias¨ (los que han podido observar esas ¨ambulancias¨ saben de lo que hablo, ver tanques de oxígenos sostenidos con piolas es solo una pequeña parte de aquella miserable experiencia), Carrión y los comecheques, etc. Y como caso paradigmático, el fiscal Pesántez, el instrumento favorito para encubrir la corrupción del gobierno, desde las firmas alteradas de la Asamblea de Montecristi, hasta las cientos de denuncias de casos de corrupción del régimen, que incluso involucra a los asesores directos de Correa, como en el caso Invermun.
Con ese líder no puede haber ¨revolución ética¨, la imagen de ¨manos limpias¨ es solo eso, una imagen, pura mercadotecnia politiquera.
¨Y si no han encontrado nada después de las centenas de comparecencias e informes, no es que el presidente es un mago para parar todas las investigaciones, sino que sencillamente somos gente buena, gente honesta, compatriotas¨.
Este es el engaño, y así no es posible la ¨revolución ética¨, lo único posible es ver y oir cada Sábado a un farsante que miente, que tergiversa para mantener lo único que realmente le importa, su popularidad y su poder.
Asi mismo fue la obra teatral
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