Elevada a los altares de la Revolución Ciudadana y Bolivariana, fue ascendida a Generala (no por el malgenio, mal pensados) sino por luchadora y "libertadora del libertador". Por eso le ascendieron más todavía y depositaron sus "restos" en el Templete de los Héroes que queda a unos 200 metros más arriba de la ciudad de Quito. Un ascenso total.
Adicta a la Heroína y también a otros héroes, esta Revolución Ciudadana felizmente nos está dando de comer estos símbolos que tanto necesitábamos, y ahora en franca competencia con los restos de San Juan Bosco, han paseado también los de Manuela. No son sus cenizas, ya lo sabemos, porque ella fue enterrada en Paita en una fosa común. Son cofres que contienen tierra de esa ciudad peruana, que gracias a Dios, hay en abundancia, lo cual ha permitido que sus "restos" puedan ser repartidos en varios lugares. Colombia también ya la ha pedido. ¡Y que nadie haga mofa de este recurso, porque además la idea es que a través del símbolo y la representación el pueblo aprenda y entienda que Manuela Sáenz luchó tanto por Simón Bol... digo, por la Libertad que peleó incansablemente hasta quedar "hecho tierra"...
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