Al pobre Doctor Cevallos, Su Majestad le dijo que era un descarado en una de sus sabatinas. A los días de tal edicto un juez de inferior jerarquía lo destituyó. Pero cuando el Dr. Cevallos quiso ir a su despacho, fue impedido de ingresar por la policía que cumplía órdenes "para precautelar su seguridad"...
¡Qué maravilla ver lo diligente que es el Fiscal saliente, Washington Pesántez! Ya cuando se va decide presentar dictamen acusatorio en el que involucra al nuevo fiscal, quien no goza de su simpatía.
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