Entre muchas otras cosas me ha llamado mucho la atención el sentido del humor que tiene el nuevo Papa. Es un humor que proviene de la humildad y no de la arrogancia, un humor que lo acerca a la gente y le aleja de la pompa y grandilocuencia que aúpa la infalibilidad del Papa. Me ha gustado mucho su vocación "por una Iglesia pobre y para los pobres".
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