martes, 31 de diciembre de 2013

¡Salud! Viene el 2014


Ha muerto el Año Viejo

Gran decepción: desde hace cierto tiempo los tradicionales "Años Viejos" ya no son tales. Aquellos muñecos rellenos de aserrín han sido regulados paulatinamente. Inicialmente nos dijeron que por razones ecológicas, pues emanaban demasiado humo. Luego, si eran de cartón, se iban modificando por otros motivos. Unos dicen que por el miedo, otros que por pereza, desánimo o decepción. Y es que la razón de ser del "Año Viejo" siempre fue la sátira política. Y generalmente dirigida a los gobernantes de turno. Se los caricaturizaba, se los volvía muñecos.

En Guayaquil mucho más pero en Quito también ahora, mayoritariamente, se ve a Picachú, a Spiderman, por ahí a algún monstruo de dibujos animados y también uno que otro futbolista.
Son un adorno en la cuadra, en la puerta de la casa, en el barrio. Pero ya no es el político abusivo, el prepotente o el corrupto que son exhibidos hasta medianoche y castigados simbólicamente a través del fuego.

Debe ser que por fin hemos tocado el Cielo y vivimos entre ángeles. Nuestra clase dirigente es impoluta, popular y bien amada. Quien dude de eso tan solo debe atender los enlaces oficiales que por radio y televisión nos anuncian que hoy, ya no hace falta hacer "Año Viejo" porque finalmente, en el país ya tenemos a un Verdadero Muñeco.